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lunes, diciembre 16, 2013

SANDMAN, REFLEXIONES DE NEIL GAIMAN


Dice Neil Gaiman en una entrevista para la revista ICON que lo más interesante que pasaba en el mundo cultural de los 80 eran los cómics. Y si tenemos en cuenta que durante esa época se publicaban Watchmen, V de Vendetta o Sandman, habría que darle la razón sin ninguna duda.

En los epílogos y los prólogos de la reedición que se está realizando de su gran obra, Sandman, siempre habla de dos cosas, lo que le costó encontrar el tono de la historia (llegando a asegurar en la entrevista que incluso se avergonzaba de lo que había escrito) y de lo importante que es la narración en las vidas de la gente.

De hecho el rey del sueño, Sandman protagonista de la serie de cómics, es conocido como el rey de las historias, de las narraciones. Porque los sueños son narraciones en las que él interviene. La historia llamada Calíope en la que la musa es raptada por escritores para poder obtener inspiración y éxito muestra claramente la relación entre sueño y narración.

Esa obsesión por contar y narrar, porque en realidad Sandman es el rey de las narraciones además del rey de los sueños, alimenta el trabajo del autor. Y alimenta también el propio desarrollo del cómic, que cuenta historias en pequeñas series donde la narración dentro de la narración, contar y contar y soñar es siempre muy importante.

Pero la noticia es que el autor prepara una precuela de Sandman para celebrar el 25 aniversario de su nacimiento. Sobre ello dice que podría arruinar su propia imagen y sobre todo la de su personaje. Con una legión de fans, cada vez más leídos y más ansiosos por encontrar nuevo material de Sandman detrás, es difícil no defraudar.

Sandman está siendo reeditado ahora mismo, en tapa dura, como elemento no sólo narrativo, sino también como elemento valioso en sí mismo. Algo de lo que el mismo autor también habla, de la importancia del libro como objeto y no sólo como narración. Esas narraciones que tan bien maneja el autor inglés y que sabe que proceden de rincones desconocidos de nuestra imaginación. Del mismo lugar de donde proceden los sueños. 



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