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martes, diciembre 03, 2013

LIBROS DEPORTIVOS, OCAÑA DE CARLOS ARRIBAS


Los libros deportivos están viviendo un auge en estos días. En los últimos años editoriales completas se dedican a editar y publicar libros sobre temas deportivos, sobre todo de fútbol. Los éxitos de nuestros equipos y el mayor consumo de prensa e información deportiva ha motivado que las editoriales miren hacia el deporte como tema interesante que publicar.

Los libros tratan temas variados y son escritos por periodistas que en unos casos exhiben su nombre y su prestigio y en otros su buen estilo y su interesante forma de narrar el deporte. Numerosos son los casos de uno y de otro estilo, y engañosos los títulos, los nombres de los autores y su capacidad para trasladar en palabras la narración de lo vivido.

Entre los hombres con prosa interesante, distinta y de calidad está Carlos Arribas. Cronista de El País, es un periodista deportivo distinto. Fuera del ruidoso mundo del fútbol, Arribas se especializa en ciclismo y atletismo, y sus artículos y crónicas son de lo mejor de su periódico, muy por encima de algunos periodistas o escritores que expresan su opinión en el dominical.

Estos días Arribas presenta un libro sobre una de las personalidades más abruptas y distintas del ciclismo español, Luis Ocaña. El genio que se opuso a Merckx, el caníbal, el hombre que quería ganarlo todo, que esprintaba en las metas volantes y en los premios de la montaña.

Ocaña, con una historia dura, un extranjero en España, su país de nacimiento, y en Francia, su país de adopción. Un hombre que no pudo soportar la vida fuera del ciclismo, que se quitó la vida antes de cumplir los 50 porque ya no encontraba que hubiera un sentido. Un hombre que entre gritos perdió un Tour de Francia, caído y derrumbado en una cuneta, con los huesos rotos y el llanto de perder algo más que la integridad física.

Arribas narra la historia de Ocaña, uno de esos olvidados forzados de la ruta, cuya historia no se cuenta porque no ganaron lo suficiente, como el Tarangu, como Jiménez, como el Chaba, olvidados y enormes, épicos y derrumbados, que llenaron los sueños de muchos niños y que ahora recuperamos gracias a Arribas.



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