Siempre hay una buena razón para visitar el Museo Del Prado. En la pinacoteca española se juntan casi todas las obras de los maestros españoles de la pintura. A excepción de los contemporáneos, que se juntan en el Reina Sofía, todos los grandes están en el Prado.
Velázquez, Goya, Murillo, Durero, El Greco y muchos otros autores que llenan los libros de sociales de los estudiantes de ESO pueden contemplarse y disfrutarse en el museo.
En sus puertas son habituales las colas, engrosadas habitualmente por extranjeros que quieren ver en directo las obras de los famosos pintores españoles.
En estos días, por si fuera poco, el museo rellena un hueco en el que siempre se había sentido una falta: el del arte medieval y renacentista. Visitar Castilla y León, cualquiera de sus provincias, da más idea y muestra más esplendor de ese arte que lo contenido en el museo madrileño.
Pero ahora gracias a la polémica ampliación de Moneo y a la donación de un coleccionista privado ese hueco se rellena. Un artesonado de una iglesia leonesa y varias piezas de arte medieval y renacentista llenan ya un ala del museo.
Una razón más para visitar el Prado y una oportunidad de apreciar el arte medieval y renacentista, aunque la mejor parte de este arte se encuentre todavía en iglesias y pequeños museos provinciales.
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