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sábado, agosto 21, 2010

MARCAS

Te miras en el espejo, desnuda después de la ducha, el pelo mojado que gotea en las puntas, miras tu cuerpo desnudo y te gusta, y decides que está bien. Después, cuando muestras tu cuerpo desnudo, seco y con las marcas de la ropa, él también decide que está bien, que le será útil, que es lo que necesita ahora. Alarga la mano y toca uno de tus pechos mínimos, que habían estado aplastados por el sujetador. Su mano posada no es un roce, no es lo que te escribí en un mensaje ayer por la tarde, el roce sutil y mínimo que mi fantasía produjo en ti. La marca del sujetador en tu espalda, del broche que se te ha clavado no puedes verlo en el espejo y piensas en él sólo cuando notas mi mano falsa allí y después la suya, pasando por allí muy rápidamente. Más de lo que yo te prometí.


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