Supongo que estarás con otro. Tengo detalles de tu vida y puedo ir reconstruyéndola. O inventándola de tal forma que a mí me pueda parecer real. Así que imagino que aquel otro del que me hablas está contigo. Por eso mis mensajes no te afectan. Supongo que él te recorrerá las piernas y te dibujará cosas en la espalda con el dedo. Yo nunca lo he hecho, pero siempre me excita pensar que puedo hacerlo, que tal vez lo haga, me excita soñar que lo hago. Pero probablemente estás con otro. Yo estoy sentado en esta terraza, tomando algo con unos amigos y no pienso en ti más que de una manera lateral. Es como si estuvieras en un lateral del cerebro y llegara a ti de vez en cuando. Y superficialmente. Miró el teléfono otra vez. Pero el mensaje que leo no es tuyo.
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