Como habían llegado a su tope marcado para el mes, Sol y Luna se tomaron un par de días de descanso. Y como no querían viajar se bajaron con nosotros a tomar algo a la terraza. Dice mucho de nuestro barrio el hecho de que a falta de seis días para acabar el mes ellas ya hubieran alcanzado el dinero que pensaban ganar este mes.
Nos contaron que habían conseguido ese propósito y que lo estaban disfrutando, porque era un dinero que se habían ganado con sudor y a base de chupar y chupar.
Un señorita que estaba detrás de nosotros se volvió y dijo, por favor, señoritas, podrían no utilizar un lenguaje tan obsceno, me estoy ruborizando. Anda, nena, no te hagas la tonta que seguro que tú también bajas al pilón. Yo, no, respondió digna.
Nosotros la invitamos a sentarse con nosotros, y pese a que no pareció convencida lo hizo, pero sólo para dejar claro que ella era virgen y muy digna y que tal y cual.
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