Llevaba mucho tiempo pensando en hacer algo para dejarlo. Aquella mujer hablaba siempre y mucho con la terapeuta, tal vez debiera hacerlo de manera profesional (dice la terapeuta que no da consejos, porque su labor profesional vale dinero) porque siempre decía que iba a hacerlo y nunca lo hacía.
Se le iba el dinero, las relaciones sociales, se le iba la vida. Iba en contra de todo lo que le habían inculcado sus padres y las películas de Disney, iba contra su moral y contra la idea que tenía de la vida. Pero seguía haciéndolo.
Así que en ese momento, en el justo y preciso momento en que estaba diciéndole a la terapeuta una vez más lo mismo, resultó en realidad ser un epítome de su situación. Dejaré de beber dijo, un segundo apenas más tarde el camarero dijo, ¿quién quiere un chupito? Y escenificando el epítome la mujer levantó la mano y dijo, yo, yo.
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