Halloween con su exaltación de lo
misterioso, lo sangriento y lo lúgubre, es el momento ideal para
volver a visitar narraciones de misterio o terror, fuente fundamental
de esta celebración en la que los disfraces de monstruo y el
supuesto miedo que hacen pasar son elemento fundamental.
Siendo una fiesta importada y muy ajena
a nosotros (lo típico aquí fue siempre algo menos pintoresco, pero
más doloroso, la tragedia del Tenorio), vamos a hablar de
narraciones nacionales de terror o misterio para compensar esta
invasión de la fiesta anglosajona del disfraz y el miedo.
Rec es una película que en
formato de falso documental cuenta la historia de un edificio que
está bajo el influjo de un virus extraño que confiere a sus
portadores una gran fuerza, ira extrema y enormes ganas de comer.
Como el virus se contagia a través de los fluidos, Rec entra a
formar parte de las narraciones que tienen en cierta forma que ver
con los zombis y sus características, siendo más parecidos a los de
28 días después que a los The Walking Dead. Rec, convertida en gran
éxito se ha transformado en una franquicia del terror, gracias a su
gran capacidad para provocar tensión, miedo y por la capacidad de
sorprender y aterrar al espectador.
Los Ojos de Julia juega con otro
tipo de terror. Es el terror de lo invisible. La protagonista sufre
una alteración en la vista que hace que en ciertos momentos sea casi
ciega. Su hermana gemela ha muerto, supuestamente se ha suicidado. Y
ella investiga el por qué de su muerte sin creer posible que se haya
suicidado. Y va descubirendo a través de una investigación en la
que lo invisible la amenaza continuamente y donde nadie la cree, pues
no puede ver ni dar pruebas. Un gran trabajo de Belén Rueda, que
emana emoción y tensión en cada fotograma.
¿Quién puede matar a un niño?
Podría cerrar este miniciclo de terror que proponemos. Unos seres
indefensos y normalmente víctimas como los niños son los maléficos
protagonistas de esta película de Narciso Ibáñez Serrador. Más
que una historia para no dormir es una historia para pasar el resto
de la vida con el ojo bien abierto, porque el mal puede presentarse
en cualquier forma, incluso la más amable y sencilla, incluso la de
un niño. Tensión, muerte y terror en esta cinta que mantiene al
espectador en vilo durante todo su metraje, y que está concebida con
mucha más inteligencia que las actuales películas del género.
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