Frente a la poesía pura, frente a la
poesía llena de autoreferencias, frente a la poesía preciosista que
se tiene como el primer y casi único elemento de arte que queda en
el mundo, se eleva la antipoesía. La poesía antirretórica. La
poesía coloquial. La poesía que se hace con las frases del día,
con las palabras cotidianas.
Esa poesía, cargada de humor y de mal
humor, es la gran obra de Nicanor Parra. No es el único que hace un
poesía coloquial, cargada de referencias a lo cotidiano y con humor,
pero sí es el máximo exponente de esta vertiente poética que
intenta alejar a la poesía del romanticismo (romanticismo artístico
entiéndase) y llevarla a la calle.
Habla Parra de “violentar a la
poesía” de sacarla de su comodidad y levantarle la falda. “La
poesía morirá si no se la ofende” defiende el poeta chileno. Y
así es como él trabaja. Descontextualizando la poesía, sacándola
de su entorno habitual y llevándola a todas partes. Porque todo es
poesía para Parra. O todo es antipoesía. O “Todo es poesía,
menos la poesía.”
Parra se sirve del humor para sus
creaciones. Pero también del mundo moderno. Y de lo mismo de
siempre. Porque el hombre es el tema fundamental de la poesía de
Parra y el hombre es el tema casi siempre en la poesía. Claro que
aquí el hombre es un peatón que es consciente de que sólo es un
mortal, y no un vate que pide admiración para ser llevado a la
inmortalidad por sus palabras.
La antipoesía habla mucho de poesía.
Pero también habla de la política chilena en la época de Pinochet,
o del estado del mundo, de las elecciones personales, del amor, de la
religión, de la muerte. Todo ello configura un mundo antipoético
donde el lector habitual de poesía se verá violentado, se verá
desorientado, y, si no entra en el juego, se sentirá ultrajado.
La poesía de Parra arranca sonrisas,
pero muchas son las sonrisas del sarcasmo, las sonrisas dolorosas de
ver qué sucede y cómo sucede y saberse impotente ante ello. De ver
que al final del todo está la muerte y ante ella todo es
indiferente. Hasta la poesía.
(Varias antologías de Nicanor Parra
han aparecido o reaparecido tras su premio Cervantes en 2011, lo
mejor sería hacerse con las Obras Completas que Galaxia
Gutenberg en dos tomos, pero su precio está por encima de los 55
euros cada tomo. Castalia publicó Poesía y Antipoesía hace
años y se puede conseguir por 9 euros, Visor también tiene una
antología llamada Chistes para desorientar a la poesía por
unos 12 euros).
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