En tiempos de crisis
económica tan dura, larga, sangrante y aburrida como esta, ocho
euros puede se mucho dinero o puede ser poco dinero. Es mucho dinero
para los que no tienen nada. Gobiernos autonómicos dan la mitad a
familias necesitadas para su alimentación. Pero en general, en
términos absolutos para un país industrializado y perteneciente al
primer mundo, no es mucho dinero.
Comer en un
restaurante, de menú, puede no alcanzarnos con esos ocho euros. Ese
dinero no nos valdrá para tomar una copa (uno de esos famosos gin
tonics menos todavía) en muchos locales de este país.
Desde luego no
podremos hacer un desplazamiento demasiado largo, un billete de
autobús interurbano supera ese precio. No podremos tampoco comprar
pantalones, camisas o chaquetas. Tal vez una camiseta.
No podremos ira un
concierto, ni al teatro, ni comprar unlibro, no digamos un cómic.
Desde luego que no podremos llenar el depósito de gasolina, ni pagar
la factura mensual del teléfono.
Ocho euros, al fin y
al cabo, es poco dinero. Y por esos ocho euros puede disfrutarse de
una entrada completa para el Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía. Pueden contemplarse todas sus colecciones fijas y las
exposiciones temporales. Podrá verse el Guernica así como muchas
otras de arte a partir del siglo XIX. Es decir todo aquello que ya no
cabe en los parámetros del Prado.
Si entras dentro de
determinados segmentos, puede costarte la mitad esa entrada. Así
que, si tienes ocho euros, y puedes permitirte gastarlos, pasea por
el Reina Sofía, observa sus colecciones, aprende de todo lo que el
hombre ha creado en los últimos siglos.
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