En este verano sin verano, de momento, pero en el que tanto nos movemos por todas partes, podremos comprobar como, en cualquier lado en el que estemos hay, de repente, un museo. Lugares mantenidos por ayuntamientos, fundaciones o por la Iglesia que muestran diferentes cosas destacable de muchas manifestaciones culturales o artísticas.
Esos museos locales muestran cosas que en otros sitios habría que ver protegidas con mamparas, cristales y rayos láser de seguridad. Esas piezas casi se pueden tocar en esos museos locales, en esas pequeñas capillas que exponen tanto y tanto del gran patrimonio que existe en nuestro país.
De una punta a otra de nuestra geografía podrían encontrarse museos romanos (Zaragoza, Mérida son dos ejemplos de museos nada pequeños además) museos catedralicios (Burgos, Toledo, Ávila) Iglesias destacables con piezas importantes abiertas al público y a la visita (San Marcos de León, San Martín de Fromista).
Estos pequeños museos pueden hacer las delicias de los visitantes de una manera muy sencilla y muy directa. Muestran lo poco que tienen, las piezas importantes que hay, y el visitante se siente tan cerca y tan abrumado ante la visita, ante la pieza que contempla que no puede por menos de sentirse único y especial.
Así que en estas vacaciones, en esos viajes que hacemos por lugares que parecen normales, que parecen vulgares, entrad en los museos, ved lo que ofrece la zona, el arte o la artesanía, la cultura, la realidad que fue. Siempre queda algo por descubrir.
Esos museos locales muestran cosas que en otros sitios habría que ver protegidas con mamparas, cristales y rayos láser de seguridad. Esas piezas casi se pueden tocar en esos museos locales, en esas pequeñas capillas que exponen tanto y tanto del gran patrimonio que existe en nuestro país.
De una punta a otra de nuestra geografía podrían encontrarse museos romanos (Zaragoza, Mérida son dos ejemplos de museos nada pequeños además) museos catedralicios (Burgos, Toledo, Ávila) Iglesias destacables con piezas importantes abiertas al público y a la visita (San Marcos de León, San Martín de Fromista).
Estos pequeños museos pueden hacer las delicias de los visitantes de una manera muy sencilla y muy directa. Muestran lo poco que tienen, las piezas importantes que hay, y el visitante se siente tan cerca y tan abrumado ante la visita, ante la pieza que contempla que no puede por menos de sentirse único y especial.
Así que en estas vacaciones, en esos viajes que hacemos por lugares que parecen normales, que parecen vulgares, entrad en los museos, ved lo que ofrece la zona, el arte o la artesanía, la cultura, la realidad que fue. Siempre queda algo por descubrir.
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