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martes, noviembre 26, 2013

EL PASADO, UN REFUGIO SEGURO

El gusto por el pasado parece muy de moda. Si bien las narraciones con vistas en los tiempos anteriores siempre estuvieron ahí, parece que en los últimos años el gusto por revisitar el pasado tiene más éxito que nunca.

Ya en el romanticismo, la novela histórica puso de moda el pasado. Los autores situaban sus ficciones en tiempos antiguos pero con cierta conexión con el presente. Verdi, por ejemplo, pensaba también en la lucha por la reunificación italiana cuando compuso algunos pasajes de su Nabucco, como tan bien supieron entender sus contemporáneos.

Ese gusto por el pasado se ve cada vez más en las ficciones que nos acompañan. En la lista de novelas más vendidas siempre están los primeros puestos ocupados por las llamadas novelas históricas. Roma, la Edad Media, el reinado de determinada reina o cualquier otra situación más o menos destacable del pasado, son aprovechadas por los autores para situar en ellas una historia que contar.

Pero lo sorprendente no es la opción de los autores, conscientes de que un tiempo remoto y convulso da más facilidades en la narración, sino la aceptación de los espectadores. La polémica sobre el evasionismo siempre ha acompañado al arte. Y parece que ahora es el pasado, es lo histórico el principal foco de evasionismo.

Escapar a las gestas de los generales romanos, o de la conquista de América, o al reinado próspero y triunfante de un emperador siempre conseguirá que nos olvidemos de los tiempos actuales. E incluso pueden conseguir, si muestran con certeza y con dureza los tiempos que buscan retratar, que pensemos que no estamos tan mal, que tenemos muchos derechos y muchas opciones que nunca existieron, a pesar de que están menguando y desapareciendo.






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