La obra del teatro español del siglo
XX más repuesta es probablemente La Veganza de Don Mendo. Una
obra cómica que ha despertado interés en todas las épocas, desde
su estreno hasta la versión que uno de los componentes de Tricicle
estrenó hace pocos años.
El teatro de Muñoz Seca, teatro
humorístico, recibió el nombre de astracán, un teatro que toma
como base la realidad, pero que usa chistes, juegos de palabras y
equívocos para conseguir el efecto cómico, para lograr la risa del
espectador.
Muñoz Seca fue autor de casi un
centenar de obras que llenaron la cartelera teatral y que sobre todo
llenaron y siguen llenando los teatros, consiguiendo incluso que sus
obras, sobre todo La venganza de Don Mendo, sean reeditadas en la
actualidad. La plasmatoria, El verdugo de Sevilla, El alfiler
o La Oca son algunos de sus grandes éxitos.
Leído ahora, el teatro de Muñoz Seca
conserva cierta frescura en la velocidad de los diálogos y en la
capacidad innata para saber buscar el efecto cómico. Prepara bien
las situaciones, sabe dónde introducir los chistes, qué chistes van
a hacer gracia y quién debe decirlos para que el efecto sea aún
mejor.
La Venganza de Don Mendo ha
convertido a Muñoz Seca en un autor universal. Sus colaboradores,
tan buenos como él, han quedado en el olvido. Pedro Pérez Fernández
o Enrique García Álvarez han pasado a ser simplemente un nombre que
está junto al de Muñoz Seca en las obras que este ideaba.
Pero el Don Mendo, como se conoce
también a la obra, es mucho más. Es una obra paródica, no tanto de
las obras románticas ambientadas en la Edad Media, sino de la moda
de principios del siglo XX de recuperar esas obras. Es, sobre todo,
una parodia de Echegaray. Y más que eso, es todo un prodigio de
construcción de obra humorística. Tanto que aún hoy sigue vigente
su humor. Fernán Gómez convirtió a Don Mendo en un personaje
icónico en su versión cinematográfica, pero aún así, la obra
sigue funcionando y muy bien en cualquier escenario en el que se
reponga.
Muñoz Seca escribió multitud de obras
humorísticas, incluso escribió monólogos cómicos (adelantándose
casi un siglo al llamado stand up comedy) para entretener al
público en los descansos o centrarlo antes del inicio de su obra. Y
creó una marca propia que si bien es despreciada por algunas
historias de la literatura tiene una indudable categoría teatral y
cómica.
Su final se vio precipitado durante la
Guerra Civil. Reconocido monárquico, puso el teatro cómico al
servicio de sus ideas criticando con mucha gracia al régimen
republicano. Pero esto le valió ser detenido y ejecutado al inicio
de la guerra. Fue el García Lorca del bando sublevado.
Pero la obra de Muñoz Seca y su forma
de entender el humor y el teatro es universal. Contagió a los
creadores de La Codorniz y su huella aún se ve en los
escenarios, donde sus obras aún triunfan.
2 comentarios:
Cuenta la leyenda -no creo que sea cierto- que dijo su última humorada justo antes de ser fusilado: "Me lo habéis quitado todo, libertad, familia, pero hay algo que no me podéis quitar: el miedo."
Cuenta eso la leyenda y a mí siempre me ha gustado creer que es cierto, aunque es poco probable que sucediera.
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