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jueves, marzo 01, 2012

NUEVOS VECINOS

Últimamente notaba demasiado trasiego en la escalera, gente que subía y que bajaba todo el rato, así que pensé que, una vez más, compartía inmueble con una o varias prostitutas. No suelo cruzarme con gente en la escalera, mis horarios son más bien raros, pero el ruido lo hacían por la mañana. Eso me escamó. ¿Qué clases de prostitutas trabajan por la mañana? Y otra pregunta flotaba en mi cabeza, ¿por qué no había tangas colgados de la cuerda de la ropa?
Así que decidí que un día madrugaría y vería que pasaba. Subí, sin erección ni nada, lo prometo, al piso que llamaba mi atención y vi una larga fila de mujeres y hombres mayores esperando. La curiosidad me mataba. ¿Qué harían esas mujeres? ¿Qué juntaría a ese público tan variopinto?
Cuando llegó mi turno me recibió una chica muy guapa, pero muy vestida, que me pasó a un despacho. Había una mesa, pero no había cama.
Salió una mujer. Llevaba una túnica. Era bruja. Le dije que era el vecino y que no quería nada, que sólo me había movido la curiosidad. Le dije que me sorprendía todo el tráfico que había en el portal. Nadiuska, que así llama la mujer que hace lo que hace, me dijo que lo sentía, que me echaba las cartas gratis. Le dije que no, que no me interesaba. Le pregunté qué tal el negocio y sonrió. Por lo visto le va muy bien. Pero que muy bien. Aunque no me lo dijera. Le prometí volver.




1 comentario:

Spaski dijo...

me he partido con lo de: subi, sin ereccion ni nada, lo prometo jajaja

saludosss