A los chinos les molan las fallas. Eso
de tirar petardos y fuegos artificiales y quemar cosas y beber y
beber sin parar les encanta. El único problema es que ese día no se
trabaja. Pero no está tan mal, según ellos, un día se puede dejar
de trabajar.
En su tienda han vendido de todo lo
necesario para exportar las fallas al resto del mundo, o la menos de
este país. Petardos, fuegos artificiales, buscapiés, mecheros,
alcohol, vendas, unas tarjetitas con el número de los bomberos,
extintores. De todo, vamos.
En círculos chinos las fallas son
famosas. Juntan todo lo que no se puede vender en las tiendas, que ya
será malo para no poder venderlo ni en las tiendas de chino, hacen
con ello unas esculturas y lo prenden. Luego beben y beben mientras
se tiran petardos y encienden cohetes y otros fuegos artificiales.
Auguro un gran éxito de esto en China.
Del traje de fallera no tanto. Sobre todo porque llegar a lo
importante es muy difícil y costoso, y los chinos no tienen tiempo
que perder.
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