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martes, noviembre 25, 2014

EL QUIJOTE: LA FIEBRE QUE NO BAJA


Cuando está a punto de comenzar el año 2015, aquel en el que se celebra el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote (la primera se publicó en 1605 y la segunda en 1615) parece que todos están en una línea de salida previa a esta celebración, sumando noticias, rumores, presiones e ideas para conmemorar esta fecha al que seguirá, un año después, el aniversario de la muerte del escritor.

Noticias sobre Cervantes y sobre su obra magna se encuentran casi diariamente en la prensa, hablando sobre las fuentes reales que pudieron inspirar al escritor a la hora de crear sus personajes, de actas de nacimiento o bautismo y de la búsqueda de sus restos.

Como si el juez de una carrera hubiera llamado a la línea de salida a todos aquellos que quieren hacer algo en esta conmemoración, se apiñan los cervantistas y los quijotistas en esa línea de méritos para que su trabajo sea reconocido y su nombre se una al del más universal de nuestros autores.

Poco importan esas investigaciones, poco importa si en realidad hubo un Quijada o un Sancho que inspiraron a los personajes. Sin el trabajo y el talento de Cervantes nada de eso se hubiera convertido en algo nuevo, distinto y más grande, en El Quijote, obra que no necesita de contexto, ni de conexión con lo real para ser genial y despertar el interés, todavía, de autores y lectores.

En esta fiebre pre Quijotesca que vivimos, se publican incluso nuevas andanzas de Sancho Panza, la única noticia literaria realmente relacionada con la obra cervantina. Una continuación firmada por Trapiello, al estilo de las muchas que de las aventuras de Sancho y Quijote se han hecho durante siglos. Un homenaje literario a un libro enorme que no deja de sorprender, por sí mismo y por la capacidad de ser actual y actualidad continuamente.

Esperamos las vueltas de tuerca que se puedan imaginar para las futuras conmemoraciones, el rédito que aún se le sacará a la obra cervantina, a las historias que genera e incluso a los propios huesos del por todos los pueblos reivindicado Cervantes.


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