En
su política de sacar partido a sus fondos y mostrar todo lo que
tiene, el Museo del Prado ha preparado para estrenar esta semana
Santa un exposición sobre uno de los grandes pintores flamencos,
vinculados a España y al museo por la historia, que tiene sus fondos
en la pinacoteca madrileña: Van der Weyden.
Autor
de grandes pinturas religiosas, tratando todos los tópicos de la
vida de Jesús, Van der Weyden con una pintura seria y dura, pero con
una gran cantidad y calidad de detalles, sabe plasmar no sólo el
realismo de las escenas que presenta si no también cierto aire de
pesadumbre y de melancolía sobre las imágnes que muestran la vida
de Cristo.
Muchas
de esas escenas muestran a Jesús y su Pasión. Detenido, condenado y
torturado, Jesús sufre tremendamente antes de morir y por eso todas
sus escenas tiene ese aire sobrecogedor, ese aire de infinita
tristeza y trascendencia.
Pero
incluso La Virgen con el Niño tiene ese aire de melancolía y
tristeza que en muchas ocasiones se asocia a la imagen de Cristo, a
su representación. Pictóricamente, en el cine o incluso en la
escultura, Jesús tiene un aire de inmensa tristeza, a pesar de ser,
como dice la composición de Bach La Alegría de los Hombres.
Y
Van der Weyden vio y transmitió esa tristeza: en su calvario, en su
descendimiento, en su crucifixión, y en otras imágenes de la vida
de Jesús. Y ahora podemos ver esa tristeza que el hijo de Dios,
consciente de su sacrificio, de la muerte que le espera y del destino
de la raza humana en esas pinturas que se exhiben hasta el 28 de
Junio.
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