El romanticismo
español, tardío, dejó pocas muestras de lo que en otros lugares
podemos encontrar: poesía y novelas con calidad y que muestren la
época y las características fundamentales de un movimiento que dejó
múltiples formas artísticas destacadas, desde las porpias de la
literatura a las básicas e importantísimas de la música.
En ese contexto
tardío encontramos al más famoso, leído y muchas veces poco
comprendido y buscado por los críticos Gustavo Adolfo Bécquer.
Hombre moderno, de vida triste y pesarosa, Bécquer sufrió pérdidas,
la cárcel, las penurias económicas y una muerte pronta que acabó
con su genio.
Influyente en muchos
de los poetas posteriores, no sabemos a veces si es un romántico
tardío un precursor de lo moderno, el modernismo, que habría por
venir. En su diálogo con la poesía, con lo imposible pero anhelado
encontramos temas universales que después repetirían muchos otros,
Juan Ramón entre ellos.
Su obra, editada
tras su muerte, ha adolecido de un gran estudio crítico y riguroso,
para conocer el verdadero orden y las necesidades de edición de su
poesía. Cómo ordenarla, cómo corregirla, cómo mostrarla más allá
de esa lánguida visión para señoritas que siempre se ha tenido de
su obra.
Rematada con las
leyendas y con otros escritos de carácter autobiográfico como Desde
mi celda, la obra de Bécquer siempre ha merecido más y ahora la
Fundación José Manuel Lara ha realizado una gran edición crítica
ydocumentada de su obra.
Poner orden en la
obra de un poeta, explicarla y mostrarla y mejorar su recepción es
el trabajo de un filólogo. Y ese es el trabajo que han realizado
María del Pilar Palomo y Jesús Rubio para esta edición que
mostrará, de una manera canónica y definitiva la obra del poeta.
Una obra por fin rematada.
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