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domingo, marzo 29, 2015

REBECA, CUANDO EL PASADO NO ES COMO LO CUENTAN


Con una de esas frases antológicas, “Anoche soñé que volvía a Manderley” comienza una de las películas más nombradas de Alfred Hitchcok, Rebeca, basada como Los Pájaros en una novela de Daphne du Maurier.

La película es realmente el recuerdo que su protagonista, o el fantasma de su protagonista, tiene de los acontecimientos que la condujeron a ser la señora de Manderley, la casa señorial de una importante familia inglesa.

Una joven hermosa, pero frágil, con poco carácter, que viaja con una señora rica que la ningunea y casi la maltrata. En ese viaje conocen a un hombre aún joven que es viudo y rico. En una relación extraña, en la que ella se siente siempre muy por debajo de él que es frío y distante y extraño, se casan y van a vivir a Manderley, la mansión familiar.

Allí los recuerdos de la anterior señora, esa Rebeca mencionada en el título y mil veces repetida, asedian a la pobre joven que no sabe actuar. Con el servicio en contra y con la sensación de que nunca llegará a ser nada similar a lo que fue Rebeca, vive un infierno acosada por el ama de llaves la señorita Danvers, que adoraba a esa Rebeca perfecta a la que la nueva señora, una chica pobre y sin gusto que ha cazado la fortuna del aún enamorado de Rebeca señor de la casa, no llega a la suela del zapato

Pero toda esta historia de amor obsesivo por Rebeca y de chica pobre ninguneada y acosada y fuera de lugar va cambiando poco a poco. Las circunstancias de la muerte de Rebeca, su forma de actuar, sus rasgos de carácter todo va poniendo de relieve un gran secreto, un visión diferente de lo que parecía.

Jugando con las expectativas del espectador, Hitchcok eleva el suspense, el terror y la obsesión por encima del drama. El amor, el control, la pasión, la mentira y el asesinato planean por todas partes sin que sepamos quién es bueno y quién malo.

Ese sueño de vuelta a Manderley fue sin duda una pesadilla. La mansión aparece destruida en la escena inicial. La voz narradora de la protagonista está envuelta como en una niebla. La misma que rodea Manderley el día de su llegada.


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