Un concierto de
Muchachito es pura energía, es felicidad, es baile, es alegría.
Pero las canciones de Muchachito no son canciones alegres. Sus rumbas
son, en muchas ocasiones, canciones tristes, historias de amor muy
tristes que acaban por ser bailadas.
Su canción más
conocida, Siempre que quiera, esa dice “ojalá no te hubiera
conocido nunca” es la canción triste del no olvido, de no poder
quitarse de la cabeza lo que ha pasado, de no olvidar la cara de la
persona a la que se ama. Pero cuando la toca en un concierto, incluso
cuando suena en un bar, todo el mundo la baila.
Las canciones
eléctricas de Muchachito, con su rumba catalana, su molinillo, su
herencia de Peret y el Gato Pérez dejan un regusto triste, porque
cuenta la historia triste de las cosas que ya no son. “Si sé que
no estás no puedo dormir” “no estás si me desvelo” canta en
aire, una de sus canciones más pedidas en los conciertos. Y después
de bailar y saltar nadie piensa mucho en esa historia triste de
soledad que hay en la canción, como si hubiera sido hecha en una
noche en la que realmente no se podía dormir, en una noche de
soledad absoluta y de añoranza a lo que se fue y no vendrá.
Incluso cuando
decide hacer versiones elige y hace por rumbas canciones tristes. Te
conocí en Primavera es una canción de un disco raro. Y también
cuenta esa misma historia de pérdida, de desilusión, de una
historia de amor que se fue.
La rumba cuenta
historias tristes con una piel de alegría, con el baile y las
palmas. Tal vez porque reírse de ello es la mejor solución. Tal vez
para quitarse las penas bailando, para sudar la tristeza y quitársela
y pensar en toda la felicidad que hubo.
Así es un
concierto, un disco de Muchachito, mucha alegría con algunas
historias tristes, contadas con una sonrisa o una risa. Y riámonos
ahora, porque ya lloraremos después.
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