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miércoles, febrero 19, 2014

RENEGAR DE LO HECHO



Preso de la fama y del peso que esta tenía en su vida, Lewis Carroll confesó que ojalá nunca hubiera escrito su obra más famosa, Alicia en el País de las Maravillas. El libro y su continuación fueron una serie de relatos que el propio Carroll ideó para las hijas de una familia amiga suya.

Durante mucho tiempo se ha especulado con la extraña relación de Carroll y esas niñas a las que divertía y para las que escribió las obras que ahora son ya un indiscutible en la literatura moderna.

Pero Carroll no gustaba de la fama que su obra le había ofrecido y deseó no haber escrito nunca su obra, no haberla publicado y que esta hubiera quedado en el olvido. Esto, algo que parece impensable para todos aquellos que no nos dedicamos a crear ni sabemos de sus consecuencias.

Sin embargo Carroll no es el único autor que ha pensado en destruir su obra. Es famoso el caso de Virgilio, quien en su lecho de muerte pidió que la Eneida no su publicara. Como él muchos otros han renegado de su trabajo de un modo o de otro.

Preocupados por la calidad el producto que ofrecían, muchos directores se han escondido detrás de un seudónimo para ocultar que en realidad eran ellos los que dirigían una película. Alan Smithee o Smith era ese nombre que se hizo popular entre aquellos que despreciaban su obra.

Renegar de lo hecho es habitual entre el ser humano. Pero cuando eso lleva nombres y apellidos es más difícil. Y mucho más cuando se trata de una obra pública, accesible y famosa. Es difícil desligarse de ella, renegar de ella, aunque se desee no haberla publicado.



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