Pese a que la parte más conocida del cómic es aquella que trata de grandes héroes y de míticos personajes fantásticos, también hay una gran literatura gráfica que se basa en la realidad e incluso en la autobiografía.
Maus, El arte de volar o Fun home retratan de una manera o de otra la biografía y la autobiografía de los protagonistas. La historia contada en primera persona, en un caso a partir de hechos que afectan a toda la humanidad y en otro en lo que afecta a una persona pero se hace interesante para todos.
En una mezcal de ambas, en una zona de confluencia, encontramos Mi amigo Dahmer, una obra en la que su autor Derf Backderf recuerda su adolescencia. Pero esa adolescencia normal y corriente se vio revisada años después por un hecho en el que el autor no tenía nada que ver, uno de los chicos de su colegio, con los que compartía pupitre y al que veía después de clase era detenido por múltiples asesinatos.
Dahmer, el carnicero de Milwaukee, asesinó y violó a 17 hombres. Su historia de muerte y depravación es muy conocida en Estados Unidos, e incluso su propio abogado admitió que su defendido era un depravado que sentía placer al asesinar y mantener relaciones con seres muertos.
Pero lo que cuenta Backderf en su cómic no es la historia de esos asesinatos, sino su relación con el chico que maś tarde se convertiría en un maniaco. Cuenta la extraña relación que entre su pandilla y el chico se estableció y también cuenta detalles del futuro trastorno que ya se veían en lo chico.
Dahmer aparece retratado como un personaje que da lástima, pero el mismo autor nos pide que no se la tengamos, pues ese hombre rebasó todos los límites de lo decente y de lo humano. Tal vez si se hubiese visto que su comportamiento era anormal, se le hubiera podido ayudar, hubiera podido evitarse que se convirtiera en lo que se convirtió.
Un cómic que ahonda en lo real, en una historia que el autor vivió en primera persona. Una casualidad que nos ofrece una historia dura que tendrá un final trágico. Un final trágico que no aparece en la historia.
Maus, El arte de volar o Fun home retratan de una manera o de otra la biografía y la autobiografía de los protagonistas. La historia contada en primera persona, en un caso a partir de hechos que afectan a toda la humanidad y en otro en lo que afecta a una persona pero se hace interesante para todos.
En una mezcal de ambas, en una zona de confluencia, encontramos Mi amigo Dahmer, una obra en la que su autor Derf Backderf recuerda su adolescencia. Pero esa adolescencia normal y corriente se vio revisada años después por un hecho en el que el autor no tenía nada que ver, uno de los chicos de su colegio, con los que compartía pupitre y al que veía después de clase era detenido por múltiples asesinatos.
Dahmer, el carnicero de Milwaukee, asesinó y violó a 17 hombres. Su historia de muerte y depravación es muy conocida en Estados Unidos, e incluso su propio abogado admitió que su defendido era un depravado que sentía placer al asesinar y mantener relaciones con seres muertos.
Pero lo que cuenta Backderf en su cómic no es la historia de esos asesinatos, sino su relación con el chico que maś tarde se convertiría en un maniaco. Cuenta la extraña relación que entre su pandilla y el chico se estableció y también cuenta detalles del futuro trastorno que ya se veían en lo chico.
Dahmer aparece retratado como un personaje que da lástima, pero el mismo autor nos pide que no se la tengamos, pues ese hombre rebasó todos los límites de lo decente y de lo humano. Tal vez si se hubiese visto que su comportamiento era anormal, se le hubiera podido ayudar, hubiera podido evitarse que se convirtiera en lo que se convirtió.
Un cómic que ahonda en lo real, en una historia que el autor vivió en primera persona. Una casualidad que nos ofrece una historia dura que tendrá un final trágico. Un final trágico que no aparece en la historia.
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