La influencia de James Bond en la imaginación de los
creadores posteriores a su fama, es enorme, tanto que muchos son los que de una
manera u otra han pretendido imitar las maneras y las formas del héroe cinematográfico.
Nacido de las novelas de aventuras, fue el paso al cine el
que dio a Bond su fama final y sobre todo el que le otorgó su capacidad de
fascinar. Sus escenarios lujosos y su condición de hombre de mundo capaz de
desenvolverse en cualquier situación, hicieron de él un icono de la cultura
popular.
Pronto se le sumaron muchos imitadores. En el mundo del cómic
el agente Bruno Brazil fue al principio una especie de adaptación de Bond al cómic.
Pero más tarde su personalidad fue creciendo hasta convertirse por derecho propio
en un gran personaje.
Con cómics llenos de violencia, intriga y humor, Brazil se
parecía mucho más al Bond actual que al antiguo. Sus maneras rudas y su
capacidad para no tener siempre la repuesta y poder perder, le hicieron pasar
de ser un arquetipo a ser un personaje real.
Pronto se fue rodeando de secundarios que ahondaron en su
personalidad y en su carácter, ayudando al personaje a conocerse a la vez que a
salir de los conflictos propios de la profesión de espía.
Ahora, su obra se ha reeditado su obra integral en dos
tomos, por un precio un poco caro, peor con una obra que merece la pena. Un
agente secreto de los de siempre, de los que pretenden salvar al mundo a través
de la acción y no sólo con la información.
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