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jueves, agosto 08, 2013

LA POESÍA DE ÁNGEL GONZÁLEZ MÁS ALLÁ DEL REALISMO. (ÁNGEL GONZÁLEZ Y EL HUMOR)

Etiquetar una obra literaria es fácil. Se las agrupa junto con las de otros autores con una obra similar, otros autores que coincidieron en el tiempo y en el espacio. Así se crean grupos literarios, pero también equívocos y sobre todo, unicidades, obras que responden a una sola etiqueta, cuando en realidad ofrecen más de lo que esa etiqueta dice.

Ángel González es un poeta de la Generación de los 50. Se les agrupa en la etiqueta de poetas realistas, de poetas basados en la experiencia personal. Pero en realidad, tanto Ángel González como otros miembros de esa generación (José Hierro, Claudio Rodríguez o Gil de Biedma) ofrecen mucho más en sus poesía.

Es evidente el sesgo realista de la poesía de González. Incluso esa llamada “experiencia personal”. Huyen de la metáfora y del preciosismo. No es una poesía cargada de color o de retórica. Está hecha con palabras diarias y cuenta los hechos del día a día. No se vuelca en impresiones fabulosas. No tiene una expresión modernista. Lo importante está en lo que se dice, no en la forma.

Pero en su poesía hay mucho más que una sobriedad expresiva, que el relato de su experiencia personal. Hay en la poesía de González una nítida preocupación por la palabra y por su expresión poética. El cómo se escribe y el por qué se escribe. Esa preocupación, idéntica a la que expresa en muchas ocasiones Blas de Otero, le lleva a justificar su poesía: poesía eres tú mirando al diccionario de la rae.

Esa preocupación por la poética y por la palabra deviene de una necesidad de comunicar, de comunicarse a sí mismo. De ahí la experiencia personal. De ahí que sea un poesía en la que el poeta se cuenta a sí mismo. De ahí que el mismo poeta sea el protagonista, con nombres y apellidos, de algunos poemas. La necesidad de comunicarse es la llave y la llama de la poesía. Romper la barrera de la soledad del hombre.

Esa barrera de soledad que se rompe, sobre todo, con el amor. Mucho amor hay en la obra de Ángel González. Amor que se escapa al principio en cierto tono saliniano, pero que después va más allá y se transforma en un amor real, en un amor realista, como toda la poesía del autor asturiano. Palabras de amor real, para situaciones de amor real.

Pero el gran rasgo olvidado de la poesía de Ángel González es el humor. Olvidado por la experiencia personal, por las palabras de amor y por la realidad, se esconde un gran humorista en la poesía de González. Ironía, chiste, retruécano, todo eso se esconde en el juego de palabras en que se convierte en ocasiones su poesía.

El humor como elemento fundamental de la vida, como elemento que sirve para huir de la soledad, para conectar a los seres humanos que se entienden más y mejor en la risa. Humor hecho desde la poesía y en ocasiones, recordando aunque de lejos a Nicanor Parra, hecho contra la poesía. Dato Biográfico, Glosas a Heráclito o Quédate quieto son sólo tres de los ejemplos de muchos otros poemas con tintes humorísticos de la poesía de Ángel González.

La poesía ofrece más de lo que se espera. Más de lo que dicen las etiquetas que la integran.Más de lo que dicen las contraportadas de los libros.



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