Una búsqueda por el desierto. Una
búsqueda de venganza. Una búsqueda que acabará siendo más un rito
de iniciación que una búsqueda en sí misma, aunque lo que se
busca es importante, aunque lo buscado es crucial, es único, la
historia que se cuenta es la de los buscadores, siempre la de los
buscadores, porque lo buscado permanecerá oculto.
Traducida en España como Centauros
del Desierto tiene el titulo original de Los Buscadores, y a eso
se dedican sus dos protagonistas, un ex militar y el un joven, únicos
supervivientes del ataque y matanza de una tribu india a su familia,
buscan por el desierto a la hermana del chico que se cree que ha sido
secuestrada por los atacantes.
En busca de esa venganza ambos hombres
parten en sus caballos y con ellos recorren de punta a punta el
desierto, el caballo gigantesco de John Wayne y su enorme sombra
buscando venganza del asesinato de su familia, buscando la última
esperanza de encontrar a su sobrina, buscando y buscando por el
desierto.
Y lo que encuentran ambos, el hombre
mayor que viene de la guerra, que ha vivido los espantos, que es duro
y cruel y fuerte y que no duda en matar a sus semejantes, en
defender su vida porque la venganza es una motivación mayor y el
hombre joven que tiene fe y moral y principios, el hombre que aún no
se acostumbra a la venganza pero que quiere recuperar la normalidad,
es el otro lado de la vida, la cara opuesta a sí mismos. El hombre
mayor enseña al joven la dureza de la vida y el joven enseña la
esperanza al viejo.
Una historia que está más allá de
los convencionalismos, que cuenta con una estética ascética y
maravillosa, de dureza, humanismo y realidad, una historia de la
crueldad de los seres humanos, de la fuerza de las pasiones. Una
historia de dos hombres que buscan algo mínimo en el desierto y que
al final terminarán triunfando sobre sí mismos. Sobre la venganza y
la destrucción de la familia. La historia de una búsqueda que es
más que la búsqueda de lo que se encuentra.
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