Una mezcla explosiva. Eso ha sido desde
finales del siglo XIX el lugar antes conocido como Yugoslavia. Mezcla
de religiones, de políticas, de identidades. Mezcla del Imperio
Otomano y del Imperio Austro Húngaro. Mezcla de gentes que odiaban a
los de enfrente.
Aprovechando esa mezcla, la historia de
ese lugar que parece maldito, los autores Cava y Bartolomé Seguí
crean una historia de intriga y amor en la posguerra europea. Un
cómic que recorre las zonas en sombra de la historia, las políticas
americanas e inglesas que favorecen a sus gobiernos, las dictaduras
de Tito, Stalin y Franco, la lucha sangrienta del IRA y sobre todo la
historia de Yugoslavia.
Desde el horror de la Ustacha en
Jasenovac hasta las islas de detención en el Adriático de Tito, el
cómic cuenta la historia triste de ese territorio que tanta sangre y
tanto horror ha vivido. Una conjura para matar a Tito, dictador del
país desde el fin de la segunda guerra mundial, sirve a los autores
para tramar una narración que repasa la accidentada historia del
país, su utilización por parte de las potencias y sus propios odios
internos.
Un personaje que vive sin saber quién
es y que cuando lo descubre se sabe hijo de un lugar y de una gente
que tenía el odio como elemento común. Y a la vez una historia de
espías, de un amor que no puede ser y de la violencia odiada pero
que no se puede evitar. Una historia que repasa lo peor del hombre,
lo más horrible y temible y odioso del ser humano.
Hágase el caos cuenta en dos
volúmenes la historia de Alex y la de su patria inexistente, la de
su amor imposible y la de su horrible pasado. Un cómic que descubre
gran parte de la historia olvidada y terrible de Europa y de las
gentes que la habitaron durante años.
(Hágase el caos, Cava y Seguí,
Norma editorial, en dos volúmenes, 13 euros cada uno)
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