Seleccionar de entre una obra es
siempre complicado, por la simple razón de que vas a dejar algo
fuera, bueno o malo y eso que dejas fuera puede ser definitorio de
esa obra, ya sea por bueno, ya sea por malo. Si separas lo distinto,
mutilas una parte de la obra del autor. Si separas lo que se parece,
dejas de mostrar la variedad con la que se trata un tema. Hacer una
antología siempre es injusto.
Nadie se plantea hacer una antología
de un novelista. Se publican sus obras. Se elige una obra, es cierto
y se silencian otras, pero no se publican las obras mutiladas, las
obras acortadas. Se publican novelas completas, enteras, respetando
la obra en su longitud e identidad. Con la poesía, sin embargo, y
cada vez con mayor frecuencia, se publican selecciones que dejan el
conocimiento del poeta en lo mínimo. Es cada vez más difícil ver
como las editoriales publican libros enteros, no ya obras completas,
sino libros representativos del autor. Se prefiere una antología,
con poemas seleccionados, que de un vistazo de su obra, pero que no
es su obra.
Hablamos aquí en otras ocasiones de la
necesidad de publicar y de poner a disposición del público lector
de obras completas de los poetas. Comprobar las distintas variaciones
en temas, en expresión, la continuidad o la evolución de las
palabras de un poeta. Blas de Otero, por ejemplo, evolucionando de la
poesía de corte existencialista va concentrándose en un poesía de
corte social, pero sin abandonar sus raíces y aportando una
preocupación creciente por la palabra. Pero no hay obras completas
suyas.
Se publican antologías de León
Felipe, Leopoldo Panero, Luis Rosales, José Antonio Muñoz Rojas,
Antonio Gamoneda, Ángel González. Antologías de poetas variados. Y
siempre son injustas. Siempre se olvida algo. Siempre se muestra algo
que puede ser residual. Las antologías pueden ser mentirosas. Dan
idea de una obra. Pero no dan conciencia de lo que una obra es en
realidad. No muestra los poemas que acompañan. No muestran como se
desenvuelven los temas. Y sobre el antologador cae la
responsabilidad. Saben que están siendo injustos. Y saben que
cederán a su gusto. Pero es su trabajo. Lo cuidan, y pese a ello,
será un trabajo sesgado.
De ahí la necesidad de las obras
completas. Pero siguen sin llegar.
(En eterno agradecimiento, aunque
tardío reconocimiento a José Paulino Ayuso)
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