No se ve nada más. No hay otra cosa
que mirar. Blancas y largas. Inacabables. Brillan. No por sí misma.
Pero brilla. Suena el suelo con tus pasos. Ritmo. Clac. Clac. Clac.
Ritmo. Hay una sugerencia. Un asomo de desnudez. Es falso. Lo sé. Lo
pretendes. Y no se ve nada más. Blancas y largas en las medias que
brillan con la luz. Y no terminan. Y nadie ya las está mirando. Sólo
las están imaginando. En su final. En su calidez. En su suavidad.
Blancas y largas y sobre mí. Así pensadas son mejores. La única
forma de que sean mejores.
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