Dormir. Sin pensar en despertarse. Sin
una hora. Sólo tumbarse y dormir. Como si se fuera a acabar el mundo
y a mí me diera igual. Sólo dormir y dormir y dormir. Sin que eso
sea una prueba o una obligación. Los ojos cerrados y dormir. Y
aunque sea solo, dormir.
Hoy sólo he dormido y dormido y
dormido y no me he cansado de hacerlo. Como si hubiera sido un niño
que no tenía colegio. Dormido sin más. Dormido como un tronco o una
marmota. Dormido y soñando con una mujer que me sonríe todo el rato
y a la que hablo y me habla.
Soñando. Y sobre todo durmiendo. Nada
mejor. Y despertar con el sol ya alto. Y sin una obligación que nos
llame. Dormir, dormir, dormir, como el que no lo ha hecho desde hace
años, como una de esas cosas que se hacen sólo por hacer.
1 comentario:
En vez de los lunes al sol, los lunes en la cama. Mas productivo parece
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