Acostumbrado como estoy a ir con mis
amigos chinos a todas partes, ir a una tienda normal se me hace muy
raro. Porque no hay de todo como en las tiendas de mis amigos. Porque
los dependientes son mucho más simpáticos y no te registran la
bolsa cuando pasas. Y sobre todo porque son mucho más caras.
He gastado mucho dinero en comprar algo
que en la tienda de mis amigos sería mucho más barato. Claro que no
tendría marca. Y no termina de gustarme del todo. Pero es tan
barato. Y tan funcional. Que siempre acabo picando.
Eso sí, lo que no tienen las tiendas
de chinos es la calma que me da el H&M. No hay nada como la paz
que se respira allí. Te sientes transportado a una dimensión
paralela donde nada importa demasiado. Si tuvieran pantalones de
hombre que se pudieran poner, sería una tienda ideal.
Aún así, y dada la crisis, volveré a
comprar donde mis amigos. Todo es más barato. Y eso se agradece si,
como yo, eres un rata.
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