Pasa. Tú sonríes y yo pienso en tu
sonrisa y en qué la ha provocado y en cómo hacerla perpetua. No
pasa. Tu me besas y vienes a mí con la misma ilusión que un niño.
Pasa. Caminas por la calle y yo te miro y no sé qué más hacer.
Sólo sé mirarte. No pasa. Tú me miras y te acercas y me tocas.
Pasa. Un hombre que es como yo, un hombre simplemente, pero que es
mucho más que yo cuando tú le miras, te abraza y te besa y tú le
pides que siga. No pasa. Termina el día y llego a tu lado y te
tumbas sobre mis piernas para estar ahí simplemente. Pasa. Estoy
solo y sólo sé mirarte. No pasa. Nada más.
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