Ir hacia ti. Como una mosca hacia la
luz. Eso ya se ha dicho mil veces. Y mejor de lo que yo lo he dicho.
Pero voy hacia ti. Y huyo de ti. Porque me gustas. Y me haces daño.
Intocable. Y cercana. Así se pasan los días, acercándome y
alejándome de ti. Manteniéndome en un punto que no es bueno ni
malo. Que no es. Ausente de todo. Privado de todo. De ti y de tu
ausencia. No puedo echarte de menos ni abrazarte. Tú me mantienes
aquí. Lo suficientemente cerca para que te escuche. Lo
suficientemente lejos para que no te manche. Yo me conformo. Desde
aquí aún puedo verte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario