Has reclamado justicia al mundo. Has
reclamado lo que crees que te pertenece. Has reclamado lo tuyo. Pero
el mundo no te ha dado nada. Porque el mundo no tiene orejas. El
mundo no escucha llantos. No es justo. Simplemente es. Lo vives o no.
Juegas o no. Juegas o te quedas mirando lo que pasa, a un lado,
observando y sonriendo. La justicia del mundo no existe. No te dará
nada. Ni siquiera lo que has merecido. Sólo lo que consigas. Sólo
lo que tengas que conseguir. No es el destino. No es el merecimiento.
Son tus actos. Los tuyos. Sólo los tuyos. Y no se premian. O se
castigan. Sólo generan otros. Consecuencias. Causa y efecto. Nada
más que eso. Causa y efecto. Sal a la calle y grita. Sólo una vez
más. No vuelvas a hacerlo. No me separaré de tu lado.
1 comentario:
Causa y efecto. Es un bucle, como el eterno retorno de Niezsche. De todas formal, el mundo no puede ofrecer nada, porque el mundo es nada. Vivimos en la nada absoluta y eso es triste pero cierto.
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