El dedo siempre apunta a los demás. Es
decir, siempre son los demás los que no hacen las cosas, los que
tiene la culpa, son los demás los más afortunados, los más
dichosos, los que nos roban las oportunidades, los que nos hacen la
vida imposible. Siempre es así, siempre son los otros y no nosotros
mismos.
Así que el resultado de esta encuesta
era esperable. Era lógico que la gente piensa que los impuestos
están mal repartidos, que el preguntado paga más que los demás de
una manera injusta. Es normal, dado que el dedo siempre apunta a los
otros, que se piense que somos nosotros los que mantenemos el país
para que lo disfruten los demás.
Esa teoría sirve para todo, para
aplicarla a todo, pero no es válida. No es cierta. Normalmente somos
los responsables de nuestros problemas, aunque nos sea más cómodo
no verlo. No existe la justicia, pero la pedimos. No sabemos cuántos
impuestos pagan los demás, pero pensamos que no lo hacen, o que
pagan menos que nosotros porque nosotros somos tontos.
Los impuestos sufragan los gastos de
todos y todos debemos pagarlos. Hay leyes que los regulan. Y tienden
a ser justas. Tal vez habría que imponer alguno extra a los que más
tienen y más pueden aportar. Pero supongo que si nosotros fuéramos
de esos, nuestro dedo apuntaría a los demás y diría que no.
Paguemos y contribuyamos. Con eso que aportamos, aunque no nos guste,
se mantiene en píe nuestro país.
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