Hoy la cosa va mucho mejor. Hay sol.
Hay luz. Los recuerdos se evaporan un poco con la luz. Es como si el
sol los convirtiera en polvo. Como si fueran unos vampiros abrasados
y aniquilados por el sol. Notar el calor en la piel. El olor distinto
que se te queda. Todo un poco más fácil. No pensar demasiado. Sólo
sentir el sol y la luz. Ni siquiera ser consciente del olvido. No
sentir que sólo a ti iba dedicada la palabra tú. No saber si habrá
mañana. Ni cómo pude ser. Sólo sol. Y luz.
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