La oscuridad es una derrota. Los días
oscuros y lentos. Los días largos y aburridos y obtusos y pensados.
Los días pensando en ti. Los días a tu lado pero sin ti son una
derrota aún más grande. Los días con un zumbido continuo entre los
dos. Los días que estamos así. Las mañanas al día siguiente la
derrota es enorme. Es un domingo por la tarde sin final. Y sin
partidos de fútbol. Son un domingo que no acaba. Y un pensamiento
que vuelve. Y la dulce ilusión que muere. Y la dulce confusión que
vence. Y el zumbido de la idea. Y el recuerdo. Y todo lo demás. Y tu
cuerpo. Y la excitación. En todas partes. En el cuerpo. Y en la
mente. Una derrota enorme. En la oscuridad. En ti.
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