La familia es ese
ambiente en el que empezamos a conocer el mundo, el que nos crea
costumbres y manías y es, sobretodo, un recuerdo de nuestro clan.
Requiere nuestra confianza, nuestra fidelidad, nuestro apoyo que vaya
más allá de la razón. Por eso la familia es un modelo imitado por
los clanes mafiosos.
En una de esas
familias cae el protagonista de Uno de los nuestros, y desde bien
joven, aprende a respetar a sus mayores, a defender el honor de su
familia, a luchar por mantener el status de la misma y a mantener
económicamente a los miembros de la misma, tomando dinero y
repartiéndolo.
Uno de los nuestros
muestra esa organización familiar, muestra como uno puede estar
protegido por la familia y como muchas veces tiene que hacer cosas
que no quiere o que son ilegales para que su familia siga
manteniéndose.
El mismo recurso se
ve en Los Soprano. Una familia mafiosa cuya estructura es clara: un
jefe o padre, unos hermanos mayores que se ocupan de los pequeños, y
unos hermanos pequeños que van creciendo en la organización y que
son los que menos ganan y que por eso a veces tienen que recurrir a
trabajos extras para mantenerse. Nada que no se vea en una familia
normal. Una organización incluso mejor que la de una familia normal,
porque la mafia no puede fallarte nunca. Una familia que lucha contra
otras para mantener su poder, su status, para ser la primera y la que
mande en su zona.
Esa misma
organización familiar se aprecia en los partidos políticos. Como en
Uno de los Nuestros o en Los Soprano, uno entra en una organización
donde hay familias. Y en esas familias hay un padre al que hay que
mantener la fidelidad. Y si se impone otra familia, u otra rama
familiar, te puedes ver perjudicado, sacado de los círculos del
poder y mandado al ostracismo. Día a día esas familias luchan por
el poder interno y global. Se producen extorsiones, chantajes,
traiciones.
Porque la familia es
una estructura conocida y confiable. Porque de ella se puede obtener
seguridad, confort y mantenimiento. Pero puede ser tu peor enemigo si
te descuidas. Y es muy fácil descuidarse.
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