El fracaso, no entendido como pose, sino como situación real de un momento o de una vida entera, es un tema fundamental en el arte. Muchos son los que han hecho de su fracaso, o de su aspecto de fracaso o de su pose de fracaso, una clave del éxito, un elemento más que contribuye a su buen nombre.
En la música española el gran fracasado ha sido Enrique Urquijo. Por su vida y por sus canciones, incluso por las canciones que no eran suyas y cantó, Urquijo hizo del fracaso una de sus más grandes fuentes de inspiración.
Su trágico final contribuye aún más a fijar esa idea que de él tenemos. Le convierte aún más en un fracasado. Canciones como Quiero beber hasta perder el control, donde afirma absolutamente «y siento que mi vida fracasó» son un ejemplo de ese fracaso que Urquijo siente y lleva a sus últimas consecuencias.
La tristeza, la dejadez, se convierten en una constante en sus canciones, que a quienes escuchan le parecen una constante también de su vida, como si estuviera contando lo que le pasa realmente, y no fuera solamente un ejercicio literario. «Todas las noches, sueño que todo va bien, tengo trabajo y ella me vuelve a querer, luego despierto y veo la misma pared, no sé lo que hacer...» canta Urquijo en una de sus más tristes canciones.
Incluso en sus discos más alegres, los que hizo con Los Problemas, esa tristeza y ese fracaso aparecen, en canciones como Tu tristeza o Aunque tú lo sepas, siempre el fracaso persigue al protagonista, persigue a Urquijo hasta el final, hasta que acaba con él por no poder soportarlo, porque todas los días, después de buenos sueños, vuelve a por él.
En la música española el gran fracasado ha sido Enrique Urquijo. Por su vida y por sus canciones, incluso por las canciones que no eran suyas y cantó, Urquijo hizo del fracaso una de sus más grandes fuentes de inspiración.
Su trágico final contribuye aún más a fijar esa idea que de él tenemos. Le convierte aún más en un fracasado. Canciones como Quiero beber hasta perder el control, donde afirma absolutamente «y siento que mi vida fracasó» son un ejemplo de ese fracaso que Urquijo siente y lleva a sus últimas consecuencias.
La tristeza, la dejadez, se convierten en una constante en sus canciones, que a quienes escuchan le parecen una constante también de su vida, como si estuviera contando lo que le pasa realmente, y no fuera solamente un ejercicio literario. «Todas las noches, sueño que todo va bien, tengo trabajo y ella me vuelve a querer, luego despierto y veo la misma pared, no sé lo que hacer...» canta Urquijo en una de sus más tristes canciones.
Incluso en sus discos más alegres, los que hizo con Los Problemas, esa tristeza y ese fracaso aparecen, en canciones como Tu tristeza o Aunque tú lo sepas, siempre el fracaso persigue al protagonista, persigue a Urquijo hasta el final, hasta que acaba con él por no poder soportarlo, porque todas los días, después de buenos sueños, vuelve a por él.
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