Edipo, condenado por su destino desde antes de nacer, hace lo que se supone que tiene que hacer. Cumple su destino, aquel que le marcaron los dioses,y que le llevará a ser recordado por siempre.
El tema del destino está muy presente en toda la literatura grecorromana. Creyentes fervorosos en que la realidad se gobernaba por designios superiores, que les llevaban por el mundo sin ninguna escapatoria, plasmaron esa indefensión que sentían ante la realidad en múltiples obras.
La realidad no era para ellos más que aquello que habían puesto en orden los dioses, y trataban de conocer cuál sería su destino antes de que este se produjera. Si ya estaba escrito tenía que haber alguna forma de conocerlo.
Para Edipo conocerlo no le salvó de llevarlo a cabo. Se casa con su madre y mata a su padre, aun sin saber que lo hace, simplemente cumpliendo su destino, el mismo que su padre intenta evitar apartándolo de la familia y de su vida, pero justamente ese hecho será el que le lleve a realizar el destino que tenía escrito.
Edipo no puede rebelarse contra su destino y el gran clímax de la obra se produce cuando lo acepta, cuando acepta su destino y da por cierto que no puede hacer nada contra él. Entonces deja de luchar y, ciego ya, castigado al menos, recorre Grecia con su tristeza, intentando pasar desapercibido, aceptando el camino que tiene marcado, su derrota y la sus actos. Unos actos que ningún otro humano podría aceptar. Por eso Edipo es un héroe.
El tema del destino está muy presente en toda la literatura grecorromana. Creyentes fervorosos en que la realidad se gobernaba por designios superiores, que les llevaban por el mundo sin ninguna escapatoria, plasmaron esa indefensión que sentían ante la realidad en múltiples obras.
La realidad no era para ellos más que aquello que habían puesto en orden los dioses, y trataban de conocer cuál sería su destino antes de que este se produjera. Si ya estaba escrito tenía que haber alguna forma de conocerlo.
Para Edipo conocerlo no le salvó de llevarlo a cabo. Se casa con su madre y mata a su padre, aun sin saber que lo hace, simplemente cumpliendo su destino, el mismo que su padre intenta evitar apartándolo de la familia y de su vida, pero justamente ese hecho será el que le lleve a realizar el destino que tenía escrito.
Edipo no puede rebelarse contra su destino y el gran clímax de la obra se produce cuando lo acepta, cuando acepta su destino y da por cierto que no puede hacer nada contra él. Entonces deja de luchar y, ciego ya, castigado al menos, recorre Grecia con su tristeza, intentando pasar desapercibido, aceptando el camino que tiene marcado, su derrota y la sus actos. Unos actos que ningún otro humano podría aceptar. Por eso Edipo es un héroe.
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