La obra periodística
de Julio Camba, de la que ya hemos hablado en otras ocasiones en este
blog, es inmensa. Tanto que da para muchas recopilaciones y de muchos
tipos. Juntar sus artículos de una manera temática o cronológica o
simplemente por el lugar que visitaba en el momento el escritor
gallego.
Muchas
recopilaciones de su obra se han publicado, juntando en ellas lo
mejor o lo más desconocido o lo ya publicado de Camba. Esto
evidencia la vigencia de Camba y de sus artículos, que, tras
ochenta, sesenta o cincuenta años, pueden seguir leyéndose y
publicándose, porque más allá de referirse a un tiempo, se
refieren al ser humano, a las personas como globalidad.
El comportamiento
humano es el gran tema de Camba. Sus contradicciones, la comicidad de
sus acciones, la variedad humana que se extiende por todo el mundo
atrae la mirada de Camba, un gran observador, que después traslada
su punto de vista a las páginas de el periódico de turno, mostrando
desde allí cómo los hombres son hombres en todas partes, que los
hombres son absurdos en todas partes.
Ahora la editorial
Fórcola busca entre los artículos de Camba los que se refieren a
Galicia y los ha unido en un volumen en el que el escritor habla
sobre su tierra, la que, como diría el tópico, le vio nacer, pero
la que abandonó bien pronto para marchar a Argentina y después a
Madrid y después a muchos y muchos otros destinos.
Fórcola,
responsable ya de algunos títulos sobre Camba, nos trae la mirada de
Camba sobre su pueblo, una mirada que es tierna y distante al mismo,
de la misma manera que siempre fue Camba, un hombre que siempre
estaba marchándose, un hombre que siempre estaba de camino a alguna
parte, pero que siempre era capaz de verlo todo.
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