Tras treinta y cinco
años de silencio, Kate Bush volvía esta semana a los escenarios
londinenses. Bush fue muy conocida por un hit muy escuchado durante
los 80 y que fue incluso utilizado para algunas promociones
publicitarias y que lleva por titulo (en español) Cumbres
Borrascosas. BasadA en la novela de Emily Brontë, la canción pone
voz al fantasma de Cathy, la protagonista femenina del relato, que le
dice a Heathcliff que le ama y que está deseando reunirse con él.
Cumbres Borrascosas
es una de las novelas más puramente románticas de la literatura,
dicho esto con todo lo bueno y lo malo de la literatura romántica.
Tachada de depravada y de ridícula, dejada a un lado por
consideraciones sociales y morales, la novela presenta el amor entre
dos personas que no pueden amarse, por pertenecer a clases sociales
diferentes, que es como decir que pertenecen a mundos diferentes.
Pero en lugar de
mostrar personajes dotados para el amor, Brontë presenta a un
hombre, Heathcliff, comido por la ambición y la maldad, por la
frustración y el resentimiento, que odia cuando existe y trata mal a
cuantos tiene cerca. La depravación de los personajes, la falta de
características amables entre ellos da a la novela un tono
desagradable.
Además los
inherentes problemas de la escritura romántica, llena de apasionados
y ridículos circunloquios, de escenas absurdas y comportamientos más
absurdos aún, hacen que la novela sea desagradable, al menos a este
lector.
Pese a ello, la
novela ha tenido gran predicamento y muchas ediciones, adaptaciones e
incluso canciones como la de Kate Bush. Tal vez ese amor apasionado
que lleva a Heathcliff incluso a profanar en cierta forma su ataúd,
haya causado impresión en las gentes que buscan amores abruptos y
excesivos.
Una lectura moderna
de Cumbres Borrascosas, para un lector adulto y variado, supondrá
todo un reto, tanto por sus retórica excesiva, como por enfrentarse
a una historia en la que todo provoca cierta repulsión, cierto odio,
por lo cual no extraña que la autora fuera muy mal mirada por la
crítica y el público de mediados del siglo XIX.
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