El objetivo era sencillo, hacer humor
de la nada. No hay un argumento preciso que seguir y que sea
divertido en sí mismo, sino que se acumulan una serie de gags
protagonizados por diferentes personajes, que consiguen que pese a
todo el espectador concentre su atención y se ría, que es lo
fundamental en una comedia.
Así se construían las películas de
los hermanos Marx. Ellos venían del teatro, del vodevil. Mezclaban
las partes diálogadas con canciones y actuaciones que rompían el
ritmo argumental. Y así lo siguen haciendo en las películas,
rompiendo el argumento a cada momento con partes cantadas o con
transiciones protagonizadas por los actores serios de las películas.
Ellos hacían sus gags, los actores más serios, los sufrían o
protagonizaban imposibles historias de amor.
De ahí que sus películas se
alargaran. Sopa de Ganso tiene una duración de apenas una
hora, y en ella no hay concesiones, no hay canciones, no hay
historias de amor. En el resto, de hora y media, sí. Necesitaban un
relleno. Y no sólo para sustentar un “argumento”, también para
calmar al público entre gag y gag. Si aún te estás riendo de lo
anterior no prestas antención a lo que viene ahora. Por eso metían
una canción. Una escena de amor. El público paraba de reír. Y
después ya estaba preparado para otro gag.
Una noche en la Ópera, Un día en
las carreras, Los hermanos Marx en el Oeste, todas repiten ese
mismo esquema. Y todas contienen gags geniales. Sopa de Ganso
es la mejor de todas, pero también es la más loca, la más pura de
todas sus películas. No hay nada que distraiga de la risa. Son gags
enlazados con poco argumento. Brillantes gags.
Después encontraron y explotaron una
fórmula humorística que ha quedado fijada y que ha intentado
imitarse con poco éxito. Porque en la parte cómica es muy difícil
imitar la genialidad que los tres hermanos desprendían, que los tres
dominaban a la perfección. Humor absurdo, humor ingenuo, humor
físico, humor verbal, todos los registros posibles.
La risa necesita otra concentración.
Por eso ayuda a olvidar lo restante. Por eso es tan útil en momentos
de crisis como este. Por eso los Marx siempre estarán vigentes.
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