Pedro Salinas tenía ya 42 años cuando
ve la luz su libro La voz a ti debida. Una edad muy tardía
para un libro amoroso. Además, el autor llevaba dieciocho años
casado con su mujer, Margarita Bonmatí. ¿De dónde venían, pues,
esos poemas de un amor tan brillante como recientemente conocido?
La crítica siempre pensó que era un
amor ficticio. Que era un amor que se manifestaba en varias mujeres
creadas por Pedro Salinas y que tal vez incluso fueran un símbolo de
otras cosas como la vida o el mundo. Se pensaba que en cierto tono de
juego literario, Salinas había creado un libro de amor total hacia
el mundo representado en una mujer.
Pero todo eso no encajaba. A pesar de
que el poeta siguió con su historia literaria contando después un
amor que ya no era efervescente, que era ya un amor reposado y diario
y después contando el final de ese amor. Entre medias, y dejando
huella en la correpondencia del autor con Jorge Guillén, su mujer
había intentado quitarse la vida.
Y nada encajaba porque la conexión de
la poesía de Salinas con la realidad era mucho mayor de lo que se
podía pensar. La publicación, en los años 90 de la correspondencia
entre Salinas y una joven norteamericana, Katherine Whitmore, aclaró
y puso en orden las cosas. En la década de los 30 Katherine había
visitado Madrid, había conocido a Salinas, y había mantenido con él
una relación amorosa.
Los poemas de La voz a ti debida,
pero también los de Razón de Amor, Largo Lamento y
algunos de obras posteriores como Todo más claro o Confianza,
relatan el amor entre Salinas y Katherine. Las cartas en las que el
poeta le envía sus poemas son del todo aclaratorias y arrojan la
realidad a esa poesía que se creía inventada.
Leer la breve narración de Katherine
sobre lo ocurrido al hacer salir las cartas a la realidad, es
sumamente esclarecedor. El amor de Salinas fue real. Y aunque fue
deformado por su visión poética y su concepción literaria de la
vida, se percibe la realidad de ese amor por todas partes. Y da más
grandeza a esas palabras que se creían “inventadas”, a esa
narración del amor que nace, se desarrolla y ha de dejarse morir.
Salinas y Katherine se reencontrarían
mucho tiempo después de su ruptura y él nunca le perdonaría
haberle abandonado Una relectura de la trilogía del poeta da una
nueva visión a todo, y sobre todo, acerca esa historia de amor a la
conciencia del lector que encuentra en esas palabras la historia de
amor entre dos personas. Por más que una de ellas fuera un poeta y
la otra, la maravillosa mujer recreada por un poeta.
(La edición de las cartas entre
Katherine Whitmore y Pedro Salinas está editada por Tusquets, y
cuesta 18 euros, aunque gran parte de esas cartas se encuentra en las
obras completas de Pedro Salinas de las que ya hablábamos ayer. En
esa misma edición de las obras completas encontramos la edición más
detalla y moderna de la trilogía amorosa de Salinas, aunque antes,
en Cátedra, Monserrat Escartín ya había editado junta esa trilogía
con unas notas y un prólogo muy esclarecedor, se puede encontrar por
12 euros. Además Alianza, con prólogos muy normativos de la hija
del poeta, Solita Salinas, publicó toda la obra poética del autor,
en siete tomos, a unos 7 euros el tomo)
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