Hay películas que de una manera u otra
se relacionan, a veces por su temática común, a veces por ser
complementarias con otras, a veces por cierto tono, por cierto
parecido en las imágenes o en la música o en las palabras. Siempre
he creído que entre Casablanca y Un americano en París
hay una relación de antonimia, de reverso.
Eso sucede también con tres películas
más o menos modernas que hablan de la memoria y del amor. Todos
los días de mi vida cuenta la historia de una mujer que pierde
la memoria reciente y no recuerda a su marido, ni cómo se enamoró
de él, ni, lo más importante, por qué. Es una película cursi y
muy poco empática, con protagonistas increíbles. La historia
perfecta del amor primero que se quiere recuperar tiende al absurdo,
porque ese amor perfecto es increíble y es absurdo en sí mismo.
Partiendo de esa base, toda la película es aburrida y estragante,
como una comida compuesta sólo de azúcar. Todo el pretendido drama
que se pretende aportar en la historia de los personajes acaba en
nada, porque no existe ninguna duda de que todo acabará como tiene
que acabar.
50 primeras citas es una
película sorprendente. Lo es porque se sale del típico guión de
película de Adam Sandler, con humor grosero y fácil. Cuenta la
historia de un hombre que se enamora de una mujer que tiene la
memoria dañada. Sólo recuerda un día. Y al final de ese día
vuelve al primero. Expresa muy bien la confusión, el drama y la
problemática de enfrentarse a ese amor. Por supuesto cuenta con
momentos de humor chocarrero, que aflojan el argumento de la
película, pero es una película de Adam Sandler y este sabe qué
tiene que darle a su público. Por encima de todo cuenta una historia
de amor tierna e intentando demostrar cuáles serían los problemas
de enfrentarse a esa situación.
La tercera de estas películas que se
conectan por el amor, la memoria y su pérdida es Olvídate de mí.
Película con una historia mucho más elaborada. Un hombre despierta
un día y decide no ir a trabajar. Va a la playa. No sabe por qué.
En el viaje de vuelta conoce a un chica con la que pasa un
maravilloso día. Poco a poco va descubriendo que ellos ya se
conocían. Que tuvieron una relación. Pero una empresa que se dedica
a borrar de la memoria los malos recuerdos ha borrado a cada uno de
la mente del otro. Se establece una lucha entre el recuerdo y el
olvido: los malos momentos vividos juntos y también los buenos. En
el borrado de sus mentes, van escondiéndose en recuerdos antiguos
donde no puedan ser alcanzados, donde su amor persista. Y después de
todo el amor se repite, no por el destino o la necesidad, sino porque
ambos se buscan: quieren en otra persona lo que ellos pueden y saben
ofrecerse. De las tres, es sin duda la más original y la mejor
contada.
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