Miguel sabe que Sonia se está
enamorando de él. Que quizá ya esté enamorada de él. Y sólo
quiere huir. Quiere correr lo más lejos posible. No quiere que ella
le ame. Sólo quiere estar como están. Reírse con ella de algunas
cosas. Hacer el amor. Pasarlo bien. No hablar de amor. Sin
responsabilidades.
Miguel no quiere ser el que tenga la
obligación de hacerla feliz. De acompañarla en la tristeza. Miguel
sólo quiere disfrutar de su propia felicidad o tristeza. De su
placer o su dolor. No quiere que nadie se vea envuelto en ellos.
Pero ella tiene más de treinta años y
se ha enamorado de él. De una manera estúpida. De una manera
concienzuda, porque se ha obligado, porque al principio todo
consistía en conquistarlo, en llevarlo a su cama, en ganar. Era ser
mejor que las demás. Era demostrar que podía hacerlo.
Pero ahora ella tiene más de treinta
años y se ha enamorado de él y sabe que él no está ni estará
enamorado de ella. Y sabe que él es feliz sin amor. Y que ella será
infeliz sin amor. Y todo eso le da igual, porque le ama y él a ella
no. Hacen el amor muchos días. La hace reír y disfrutar. Pero no la
ama ni la amará.
1 comentario:
Qué duro.
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