Pasan los días plácidos en la
felicidad. Estos días has sonreído mucho. Tus ojos azules han
brillado. Han sido días largos. La luz de la primavera lo llenaba
todo. El calor del verano me ha hecho sudar. No recordaba el olor de
la piel calentada por el sol. Has tenido que tapar tus ojos con las
gafas de sol.
Paseábamos bajo los árboles. Yo decía
muchas cosas. Hablaba sin sentido de la vida y de la libertad. De la
felicidad. De la ilusión. Me hablaste de tu vida. Yo te hablé de la
mía. Te pusiste un poco tierna. Pero todo acabó en mis bromas. Tú
te reías. No dejé que dejaras de sonreír.
Tu historia era mucho menos triste. Era
sólo una historia de amor que no había salido bien. Como tantas
historias de amor. Como casi todas las historias de amor. Lo difícil
no es querer a alguien. Si no que te quieran como tú esperas.
Tú habías esperado demasiado. Y todo
se había acabado. Yo he querido poco. Muy poco. No pude contarte
nada. Sólo compartir contigo lo que había, lo que decías. Y decir
que no importa, nada importa, todo se acaba arreglando, todo
encuentra al final su lugar. Lo único que no hay que hacer es
conformarse.
Creo que tú te estarías conformando
conmigo.
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