Hacía mucho calor en casa así que decidí salir a dar una vuelta. En la calle también hacía calor, pero había mucha gente de un lado para otro. Imaginé que todos tenían el mismo problema que yo, que habían salido para airearse, pero no sé si esa era la razón, porque todos iban vestidos demasiado elegantes.
Sonaba música muy alta y había gente bailando y bebiendo por todas partes. El olor a churros me aclaró que eran las fiestas patronales y que una vez más se me había olvidado. No podía dormir por el calor así que me tomé una cervecita en un puesto.
Luego me aproximé al escenario y allí un grupo de gente no hacía más que ofrecerme alcohol. Y alcohol. Y alcohol. Total, que me despertó una máquina barredora haciéndome cosquillas y me fui a casa. Seguía haciendo calor, pero como que ya no me importaba.
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