La segunda conclusión era que ella era una versión evolucionada de la que un día fue. Tal vez era más mayor. Era más que antes. Era mejor que antes. O eso me parecía. Él, sin embargo, no era una versión mejor de mí. Tal vez sí lo fuera, tal vez sí fuera mejor, pero no parecía una versión más seria, más formal o más mayor del hombre que yo fui un día, del hombre que yo era. ¿Qué pasaba entonces? ¿Qué significaba todo aquello? ¿Alguien podría sin más dejar de querer igual que empezó a querer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario