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lunes, agosto 29, 2011

PEQUEÑOS POR FUERA, GRANDES POR DENTRO

Los chinos son grandes personas. Pequeñas por fuera, eso sí. La china que vive con nosotros está cada vez más a gusto en casa. Mi mujer y ella se cambian la ropa. Aunque a la china, claro, le queda muy grande. Es una gran china. Cocina muy bien el arroz con leche. Quién lo iba a decir. Y además es muy simpática. Y canta unas coplas que son estupendas. No se le entiende nada, pero yo creo que canta “a la lima y al limón”.
Esto tiene muchas ventajas. Cada vez soy más libre. Puedo irme de casa cuando quiera sin que mi mujer me diga nada. Estoy pensando en meter en casa también una rumana. Así aprendo otro idioma y las tres juntas seguro que hacen aún más cosas. Entre mi mujer y la china se reparten el trabajo de casa y terminan en un periquete. Luego se sientan a ver sálvame o lo qué sea eso y así se pasan la tarde hablando de Belén Esteban.
Los chinos son un buen invento. Pequeños y eficientes. Si pudiera me volvería chino. Pero creo que ya es tarde para mí. Me gusta demasiado la tortilla de patata para poder ser chino.




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