Pagar impuestos es algo bueno. Es verdad que tú no te quedas con ese dinero con el que podrías ir a la peluquería o comprarte un coche nuevo o tomarte unas cervezas, pero ese dinero se emplea en construir carreteras, hospitales, pagar médicos, profesores, bomberos y otras muchas cosas que resultarían muy caras si no se pagaran impuestos.
Normalmente se presume de no pagar impuestos, de defraudar a Hacienda, que es robar a todo un país. El presidente de un país decía que era su deber como hombre intentar no pagar a Hacienda. Supongo que no le parecería tan bien si nadie pagara y él no tuviera sueldo por ello.
Por eso choca cuando alguien dice que quiere pagar impuestos. Más si se trata de grandes patrimonios, que normalmente utilizan un lenguaje victimista por el que sus pagos son excesivos. Pero es normal y solidario que el que más tenga de más y que el que menos de menos. En Francia grandes fortunas han pedido pagar más para ayudar a salir de la crisis. Esperamos que ese ejemplo cunda y que no se tenga miedo a subir los impuestos a los ricos, promesa electoral que nunca se cumple y que suele acabar en lo contrario.
Gracias a estos señores. Aunque nos tememos que su ejemplo no se repetirá aquí.
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